lunes, 26 de diciembre de 2016

ALIMENTACIÓN Y DEMENCIAS

Durante el pasado siglo XX se consiguió un incremento importante en la esperanza de vida pero este avance importante en el aumento de años está contrarrestado por el aumento de enfermedades neurodegenerativas, crónicas y  invalidantes.

Según un nuevo informe del Comité de demencia del G8 predice que  en el año 2050 puede haber 135 millones de personas con algún tipo de demencia. 
Estudios en humanos y modelos animales indican que las concentraciones en sangre de algunos micronutrientes y sus derivados son críticas en el desarrollo de las demencias.

Debido a esto es fundamental trabajar desde el ámbito preventivo para concienciar sobre la necesidad de establecer unos hábitos saludables de vida que pueden empezar desde edades más tempranas.
Se ha descubierto que muchas enfermedades relacionadas con el proceso envejecimiento,tienen su origen o se agravan por factores del estilo de vida que a la vez interaccionan con el ADN.
Una modificación en el estilo de vida que incluya también la alimentación adecuada para cada caso puede prevenir y enlentecer el desarrollo de las principales patologías causantes de mortalidad en la sociedad occidental, así como ser un complemento que ayude a mejorar las terapias farmacológicas.

Durante el envejecimiento se dan cambios en la composición corporal . Cuando se va envejeciendo hay una disminución del gasto energético diario en reposo (metabolismo basal) y aunque se requiere una aportación calórica inferior (kcal) es preciso mantener una nutrición que aporte adecuadamente los nutrientes necesarios para cada organismo.

Estudios clínicos con una participación de 45.000 personas, han encontrado asociaciones entre deterioros cognitivos o demencias y niveles de homocisteína  y vitaminas del grupo B en la sangre o en el líquido cefalorraquídeo.

Desafortunadamente hasta el momento no existe ningún medicamento que cure la demencia, tan sólo se consiguen paliar síntomas o mantener la demencia estable y controlada durante un tiempo.

Las vitaminas del grupo B tienen una función esencial en el metabolismo de la homocisteína. Los estudios indican el papel importante que tienen en prevención de demencias.



En una muestra de 732 personas con un promedio de edad de 75 años se encontró que a mayor nivel de homocisteína en el plasma se daba más atrofía en la sustancia blanca de las zonas frontales,parietales y occipitales del cerebro. Aunque no está todo dicho hay datos que indican que la homocisteína perjudica la circulación cerebrovascular y que es neurotoxica, potenciando algunos de los mecanismos moleculares responsables de la enfermedad de Alzheimer.

La homocisteína es un aminoácido producido durante la transformación de la metionina (aminoácido esencial) en cisteína (aminoácido fabricado por nuestro organismo).
Las reacciones bioquímicas que ocurren en las células de nuestro organismo debido al ciclo de un carbono, permiten que la homocisteína no se acumule.En este ciclo de carbono se genera también la S-adenosil metionina (SAM). Su déficit se ha asociado a depresión, Alzheimer y otras patologías.


Nota importante:
Este post está escrito con intención divulgativa. Se debe acudir siempre  al médico en caso necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario